"En la siguiente mañana, la madre volvió sobre sus pasos, desandando todo el camino hecho; recorrió todas las calles y plazas de Jerusalén, fijando sus negros ojos en todo niño con quien se encontraba, interrogando a las madres en los umbrales de las casas, pidiendo a los paisanos que hallaba a su paso le ayudaran a buscar al n i ñ o desaparecido.
Una madre que ha perdido al hijo no halla paz hasta encontrarlo; no piensa más en sí misma; no siente el cansancio, el sudor, el hambre; no sacude el polvo de sus vestidos, no se alisa los cabellos, no se cuida de la curiosidad de los extraños. Sus ojos, fuera de las órbitas, no ven sino la imagen de aquel que ya no está a su lado." página 53.
Giovanni Papini en su libro La Historia de Cristo
No es un homenaje , ni una conmemoración para los jóvenes desaparecidos
Es un hecho buscarlos y un compromiso encontrarlos.
Sara Leukos